Comentarios Liberales (XXXVI)

COMENTARIOS LIBERALES

¿Para qué votar?

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS

18/01/2006

De las claudicaciones del PSOE ante el nacionalismo catalán (si es que el PSC es otro y distinto del PSOE, cosa dudosa porque éste le obedece) la más humillante para los españoles y la más destructiva para la democracia es el blindaje de competencias de Cataluña frente a cualquier ley que pueda votar el Parlamento Español. En realidad, no sé para qué vamos a seguir votando en España después de esa ley del embudo tan miserablemente aceptada por unos gobernantes indignos de este nombre y acreedores al más profundo desprecio de la Nación.

Ya pueden todos los representantes de los españoles votar una cosa en el Congreso y en el Senado, por ejemplo en materia lingüística, fiscal, educativa o referente a los derechos y libertades más sagrados, empezando por el de expresarse libremente, que si el Parlamento de Cataluña no quiere, en Madrid se queda o a Cataluña no pasa. Y en cuanto esa ley del embudo se extienda al País Vasco y a otras comunidades, no es que desaparezca la soberanía nacional, es que el sistema representativo como tal estará muerto. Embalsamado y maquillado pero muerto.

Los ciudadanos de la antiguamente llamada España dejan automáticamente de ser iguales ante la ley, porque siete millones de ellos tendrán derecho a lo que sus representantes decidan y, además, a vetar lo que decidan los representantes de los treinta y siete millones restantes. Por el contrario, los que no tengamos la dudosa fortuna de habitar en esa Cataluña convertida en la Prusia de esta disminuída Alemania (se habría cumplido el sueño atribuido a Cambó: ser el Bolívar de Cataluña y el Bismarck de España) seremos unos votantes a medias, tendremos poquirrepresentantes y nos contentaremos con las leyes que el Parlamento catalán considere, en su magnanimidad, que nos hemos merecido. Ya sólo falta que, a cambio de la undécima tregua-trampa, la ETA le conceda a ZP la posibilidad de humillarnos como el Cuatripartito y adiós al Teide, al Mulhacén y al Sistema Ibérico. Bienvenidos a los Balcanes.

Si nuestro voto vale tan poco, no sé por qué hemos de pagar impuestos. Si los españoles son tan viles de aceptar un Gobierno que los trata con diferente rasero según donde vivan, lo razonable sería acogerse a la protección de alguna potencia extranjera capaz de gestionar por un precio razonable y sin rubores excesivos las obligaciones y derechos que como ciudadanos de la Unión Europea aún tengamos. Por poco tiempo, claro, porque cuando uno acepta su condición de súbdito, es inevitable que pierda la de ciudadano.Destruída España, apuñalada por la espalda, votar y pagar impuestos son empresas inútiles y ruinosas. Y hay que ahorrar para la que se nos viene encima.