Comentarios Liberales (XXXIX)

Adiós, España

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS

23/01/2006

Como era perfectamente previsible, los naZionalistas catalanes han logrado el Estatuto que querían y además como si fuera concesión suya y no de un Gobierno que no merece llamarse de España salvo para ilustrar la historia de las traiciones célebres y los suicidios memorables. Cataluña será nación y también nacionalidad, para que el concepto primero del Preámbulo ilustre los ilimitados alcances del segundo en el articulado. También tendrá Agencia Tributaria propia en dos años, justo para después de las elecciones generales. Ah, y el cuatripartito seguirá controlando esta cosita de ZP que ya ha dejado de ser Gobierno y aún no es del todo nuevo régimen, pero lo será en breve. Ahora comienza la fácil tarea de lavar el cerebro de los españoles, que ya lo tienen muy limpito, para convencerles de que aquí no ha pasado nada y que lo único que va a pasar es que ETA dejará de matar casi para siempre, todo gracias a ZP. Rematada la liquidación simbólica y la demolición legal de España, bienvenidos todos a Polanconia. El conserje, con la solemnidad que le caracteriza, les acompañará a sus butacas. No dejen de ver la televisión y no hagan caso a los profetas del miedo. Dicen los etarras y sus amigos de Perpiñán que van ganando. El truco está en fingir que van perdiendo y a eso se van a poner Polanco y ZP. A partir de hoy, apaciguamiento y mordaza. Mordaza a la media España que protesta; paz y Franco a la media que bosteza.

La liquidación del régimen constitucional de 1978 se ha hecho clandestinamente, a escondidas, dejando al margen al pueblo español en el que sólo es el primer acto del despojamiento de su soberanía.Pronto vendrán otros. El comportamiento del PSOE y del conglomerado mediático con el que se identifica y confunde no ha podido ser más vil hasta ahora, pero lo será más. Todas las carencias éticas, todas las hipotecas morales han vencido de golpe. Los socialistas han demostrado que no tienen idea de España ni de Justicia ni de nada, pero sí del poder; y como tampoco tienen libertad para manifestar sus diferencias, callan y otorgan. El Gobierno carece de independencia pero también de sinceridad para confesarlo, como un adicto. El sectarismo, que es su droga y que define estos tiempos menguados del zapaterismo (o sea, del presunto socialismo enfeudado al auténtico separatismo), ha roto además cualquier posibilidad de consenso con el PP, que representa a 10 millones de españoles y sin cuya participación en la vida pública es imposible que exista democracia en España. ¿O es que alguien cree que puede subsistir alguna libertad ciudadana, alguna ley, en este proceso abierto de liquidación del Estado de Derecho, desprecio de la nación, trituración de la Constitución y guerra sin cuartel contra toda forma de oposición, política o mediática? Adiós, España. Adiós, libertad.