Wednesday, March 22, 2006

Comentarios Liberales (LXI)

Cuantísima libertad

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS

Yo creo que Boadella no tiene más remedio que dedicarse a la política porque los políticos catalanes le están dejando en el paro. No hay payaso comparable a un ministro payaso. Nadie puede competir con el poder a la hora de hacer el ridículo, y en pocos lugares del mundo se abusa tanto del poder y se hace tanto el ridículo como en la tierra de Boadella, que ya no sé bien cuál es, pero es la mía. Cuando los nacionalistas sólo atropellaban, como Pujol en su alborear, Els Joglars hicieron una de las mejores obras que he visto nunca: Ubú President. Todo el pujolismo estaba ya retratado o adivinado en ese aguafuerte inmisericorde del Padre Ubú-Jordi. El sentimentalismo como ideología, la cursilería provinciana, el ruralismo de fin de semana, el culto al pasado manipulado, el tribalismo disfrazado de cosmopolitismo, el caudillismo, la marginación de los castellanohablantes, el culto a la retorcida personalidad del Líder Máximo..., todo. Les faltó el toque machista entrañable del Aixó es una dona! cuando Felipe y Guerra quisieron meter en la cárcel a Pujol y las masas convergentes iniciaron el culto a Marta Ferrusola, pero es que para eso todavía faltaban unos años. Hay cosas que ni siquiera Boadella puede adivinar.Creo.
Sin embargo, aquel pujolismo naciente, aunque no dejaba de ser una película de la Hammer, terror de serie B, tenía fuerza, estaba inédito y sólo a los grandes catadores de la fauna barcelonesa les pilló avisados. En cambio, en Madrid hay aún cenutrios de cinco tenedores que echan en falta a Pujol, porque era, dicen, «un hombre de Estado». De nación, sin duda. De régimen, por supuesto.De l Estát Catalá, és ben clar. Pero de Estado español, que es a lo que se refieren los ricachos de Madrid, amos anda, baranda. Ahora, con el tripartito, aunque atropellan aún más que Pujol, los abusos se perpetran de forma tan grotesca que no hay que elaborar nada. El sarcasmo brota en el espectador sin necesidad de hipérbole, ni de caricatura. Boadella no necesita ya una compañía de teatro. Lo que le hace falta es un telediario en TV3. Con contar lo que pasa, arrasa.

Por ejemplo, la Generalidad ha puesto en marcha una campaña para erradicar de los jóvenes una perversa manía. ¿El botellón? Mucho peor: la de hablar en castellano entre ellos cuando van de jarana y ligoteo. Pero lo bestialmente cómico es el lema con el que Maragall se gasta los cuartos de la ciudadanía: Parla amb llibertat. Si después de un cuarto de siglo de hegemonía aplastante del nacionalismo los jóvenes catalanes no hablan en libertad, será porque no la tienen. Y si la tienen, ¿qué libertad es ésa que les quieren imponer? Boadella habría añadido una segunda parte al Habla con libertad: «y, si no, te multaremos como a tu padre, por el rótulo de la tienda». De nada, Albert.

(Publicado en EL MUNDO el 22 de Marzo)

1 Comments:

Anonymous Barbacoas metalicas said...


Muy chulo el artículo, contiene información muy interesante, gracias por tu interés.

08:44  

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