Tuesday, February 07, 2006

Comentarios Liberales (XLIX)

COMENTARIOS LIBERALES

'Camerondón'

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS

03/02/2006

Algunos están molestísimos con Rajoy por encargarle a Aznar el discurso de apertura del próximo congreso, asamblea o lo que sea del PP. Jesús Cacho, que le tiene mucha manía al ex presidente, dice que lo que necesita la derecha española es un líder como el británico Cameron, pero lo que realmente dice que quiere la derecha británica es un líder como Aznar, capaz de ganarle a la izquierda dos elecciones seguidas, incluso con mayoría absoluta. Naturalmente, en la crisis terrorífica que padecemos, cualquier análisis es respetable y acaso el más disparatado sea el más acertado. Confieso que yo no veo claro lo que tendría que hacer el PP de Rajoy, que sigue siendo el de Aznar, para liquidar el régimen zapaterista en ciernes, así que admito diagnósticos y apuestas. Lo que creo que no cabe es improvisar. Esta inmensa escombrera institucional en que han convertido a España los que tenían más obligación de defenderla faculta a cualquiera para hacer casi cualquier cosa menos pasarse de imaginativo. Y en los partidos políticos españoles lo único que no se puede ni se debe hacer es improvisar un liderazgo.

Ya en una ocasión, instalado Tigrekán II en La Moncloa tras el referéndum de la OTAN (preconizado por González cuando estaba en la oposición y contra la decisión del Parlamento Español, algo que no recuerda Rubalcaba) unos avispados asesores de imagen convencieron a la esfinge patronal de que la derecha española «necesitaba un Cavaco», que ganó unas elecciones en 23 días. Pero el Cavaco que encontraron más a mano fue Marcelino Oreja, hombre de mérito pero que en las urnas, por no poder, no pudo ni con Ruiz Mateos. No sólo él: Fraga, Mancha, Herrero de Miñón y otra vez Fraga se turnaron velando a la derecha electoralmente difunta hasta que llegó Aznar. Y menos mal que le dejaron presentarse tres veces, que, si no, seguía Felipe González en La Moncloa.El liderazgo, además del carisma cuya ausencia tanto se reprochó a Aznar, precisa sobre todo de un programa político claro y una organización sólida. La del PP es solidísima. Y lo será mientras tenga un programa político como el de Rajoy, que, en lo sustancial, es el de Aznar. Rajoy iba para John Major, así que no puede ser Cameron, pero el que sí va de Cameron, sin partido y sin programa, fiándolo todo a su audacia y al padrinazgo de Polanco es Gallardón.He ahí el hombre que, desde Valdemorillo a La Zarzuela pasando por La Moncloa quieren poner desde hace años al frente de la derecha. Y no sólo porque aceptaría el nuevo régimen diseñado por Cebrián y González para sepultar el de la Transición, sino porque es más que probable que no llegara a ser el único candidato de la derecha, que saltaría por los aires.

La unidad del PP, base de su fuerza, la garantiza más el respaldo de Aznar a Rajoy que el de Polanco a Camerondón.

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