Comentarios Liberales (XVI)

Este es muy simpático. Ya me contaréis.

COMENTARIOS LIBERALES

Respetín

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS

07/12/2005

Respetín podría ser uno de los muñecos que estas Navidades llegarán a los hogares españoles tras fuertes desembolsos y limitados efectos lúdicos. Hay bebeñecos provistos con toda clase de humores y enfermedades, monigotines que hacen aguas mayores y menores, muñecas con tal grado de programación en la dificultad que son capaces de escalar el Everest, casarse con un millonario, divorciarse, cambiar de acera, conseguir un montilla, irse de cooperante a Zambia, venderle la exclusiva al ¡Hola!, entrar y salir de Gran hermano, casarse otra vez con Tom Cruise y meterse en la Iglesia de la Cienciología; sólo en veintidós minutos. Todo Made in Gulag, surtido amplísimo.

Afortunadamente, no se han puesto a la venta muñecas que dan a luz mediante cesárea, pero sólo es cuestión de tiempo. Ya las hay que se vacunan, se vendan como momias, se pinchan como acericos y hasta tienen fiebre alta, que baja un supositorio. Y aunque lo navideño tienda a lo clásico, dulce y convencional, seguro que en el Toy Manta venderán ya Zerolín, el que se casa con Amiplín. O Transexín, el muñeco que cambia de sexo y lleva como trousseau dos fondos de armario Pradasace, masculinote y femenilín, además de un baúl completísimo para la estancia de dos semanas en la clínica. A los niños les priva lo de «caca, culo, pedo, pis»; lo mismo sucede con la mayoría de presuntos humoristas del Club de la Comedia; y como unos proveen de banalidades escatalógicas a los otros (y no me pregunten quiénes son esos otros, porque intelectualmente no los distingo de los unos), el Día de Reyes se está poniendo de color marrón. Pronto los juguetes navideños imitarán a las fallas valencianas, que se inspiran en la actualidad política y social para levantar esos gigantescos ninots de los que sólo se indulta uno al año. Pero ojo: como De la Vega imponga el Código Belloch y la Ley del Menor, este año no quemarán ninguno y tendrán que conformarse con mascletás.

La estrella de las Fallas de 2006 será sin duda Montilla, el acreditado ministro de Industria, pero ahora yo echo en falta a Respetín, el muñeco hipocritín. ¿Qué como es? Pues tiene la cara de ZP sin exagerar sus rasgos, para qué, y pide continuamente «respeto, para Rovireche, que representa a medio millón; respeto para la ETA, que tiene una metralleta», y mientras pide respeto, baja rítmicamente la cerviz. Pero de pronto, la cabeza se pone a dar vueltas, como la niña del Exorcista, el pelito cortado a navaja se convierte en guedeja despeluchada, le clava un alfiler en la barba al muñeco Rajoyín y con voz de Corcuera, trémolo de sótano, aúlla: «¡Cerrad la Cope! ¡Cerrad la Cope!». Respetín está loquito, pero le pones su camisita de fuerza, se calla y sonríe. Monísimo.